Cuando todo sube, yo me empeño en bajar lo más abajo posible. Cuando todo se mueve, yo me quedo quieta en un rincón. Cuando la gente ríe, yo quiero llorar. Cuando la gente me abraza, yo me quiero soltar. Cuando todo se recompone, yo intento descomponerlo un poco más. Cuando quiero hacer daño, no lo hago. Cuando no lo quiero hacer, lo hago.
Lo que no entiendo es por qué tengo que ir siempre al revés del pepino...