Dos meses sin escribir es mucho tiempo. No es que no me haya pasado nada en este tiempo digno de contar, que tampoco, es que no tenía ganas de contar nada. Tampoco es que ahora tenga ganas. O tal vez sí. Si no no estaría escribiendo, ¿no? La cosa es que he abierto el blog y me ha dado pena ver que ya nadie escribe apenas. Unos llevan meses sin escribir, otros años y otros han cerrado sus blogs por vacaciones perpetuas. No soy la única desmotivada con esto por lo que veo. Antes éramos un gran grupo que escribía con mucha frecuencia y comentaba con más frecuencia aún. Ahora somos un grupo de gente que solo se asoma de vez en cuando por aquí a ver si alguien ha escrito y, a veces, ni eso. He aquí mi pequeño granito de arena. Aunque no he contado nada en realidad.