sábado, 17 de noviembre de 2012

Pasando

La gente no para de entrar y salir de mi vida. Nadie se queda. Aunque me apetezca. Pero a los demás no. Otros están, pero no están. Otros no están pero sí están. Y yo ahí en medio, como dentro de una burbuja sin enterarme de mucho, mirando a unos y otros pasar, impasible. Algunos se paran a mirar la burbuja y luego siguen de lado. Y yo los veo. Y no puedo hacer nada. Ni quiero.

domingo, 4 de noviembre de 2012

Cosas absurdas

No sé por qué a veces me da por fijarme en detalles de la gente que voy viendo por la calle. Normalmente voy bastante en mi mundo, pero a veces me da por mirar a la gente. A veces me doy cuenta de que estoy mirando a alguien demasiado. Luego subo a Facebook mis reflexiones.
El otro día se subieron en la guagua en la misma parada dos hombres de cerca de 60 años. Uno era calvo y el otro tenía el pelo blanco. Pues bien, los dos llevaban un pendiente en la oreja. Lo de los hombres con pendiente es algo que nunca me ha gustado demasiado. No sé, no creo que les favorezca. Pero es que si además son señores de edad... Peor me lo ponen.
El mismo día en una parada me encuentro a una señora de más de 50 vestida completamente de leopardo. Me da auténtico repelús el leopardo. Creo que no debería usarse ese estampado para vestir. Me parece bastante chabacano. Claro que eso va en gustos. Pero para mí, las únicas que se lo pueden permitir son las viejas (preferentemente guiris) y las prostitutas.
Hoy me ha dado por fijarme en un hombre de gran envergadura que estaba sentado en bañador (slip) en el paseo (el de la playa) en una cafetería. La barriga le colgaba por encima del bañador de modo que parecía que no llevaba nada puesto. Era curioso.
Este post es realmente absurdo, pero bueno. Quien no quiera, que no lo lea. jajajja!