Habla mucho de los sueños. Pero es que sueño mucho. O más bien me acuerdo con frecuencia de lo que sueño. Es obvio que el estado de ánimo y las vivencias de un día te influyen en el sueño de esa noche. A mí de pequeña me dijeron que uno sueña lo contrario de lo que quiere que pase. Sospecho que me lo dijeron para que no me sintiera tan mal después de soñar que mataba a mi padre... También me dijeron que si veías a alguien muerto le alargabas la vida... Ahí me surgió una duda: a mi padre lo veía muerto en sueños alguna que otra vez, pero cuando soñaba que moría mi madre nunca veía su cadáver. ¿Quería eso decir que ella moriría antes? ¡Qué angustia! Y los que me leeis os preguntareis que cómo es que soñaba tanto con la muerte de mis padres. Pues no lo sé. La verdad es que eso me preocupa. De hecho anoche, después de dar muchas vueltas en la cama y sentir una opresión en el pecho cada vez que intentaba respirar, cuando por fin me dormí, soñé que mi padre estaba en el hospital y que se moría. Pero luego era una falsa alarma y después volvía a morirse y así varias veces. Muy angustioso. No es que tenga una extraña obsesión con la muerte, pero le tengo mucho miedo y además mi padre hace poco estuvo apunto de morirse.
Mis sueños son de lo más variopinto. Ayer también soñé que un amigo me abrazaba cariñosamente y me acariciaba la espalda. Y se despierta uno como con una extraña sensación.
Los sueños son incontrolables. Al menos los que se sueñan dormidos.