Comienza el año y, con él, los propósitos de año nuevo. Todo el mundo los hace, ya sea por escrito y en público o mentalmente y en privado. Que si comer mejor, que si dejar de fumar, que si hacer más ejercicio, que si estudiar más, que si no enamorarse de la persona equivocada, que si desenamorarse de la persona adecuada... en fin. Mil cosas que luego se van quedando olvidadas en las páginas de los calendarios.
He dicho varias veces que no me gusta hacer propósitos de año nuevo, pero mentía. Sí que me gusta. Lo que no me gusta es hacerlos públicos. Tengo miedo a hacer demasiados planes y que luego se vengan abajo cuando deje de llevar a cabo mis propósitos. Pero, sobre todo, tengo miedo de que los demás sepan que he fracasado. Sé que es absurdo y tremendamente negativo pensar en fracaso antes de empezar ningún proyecto, pero así soy yo: absurda y negativa. Será por eso que me va como me va.
Pero, mira, así es como soy. He intentado cambiarlo, pero es difícil cambiar costumbres tan arraigadas. Me he estado engañando últimamente pensando que había cambiado. No he cambiado, soy la misma. Y tendré que aprender a vivir con ello. Porque yo soy la única que va a estar conmigo hasta el final de mis días. Y me alegro de ello.
11 comentarios:
El final es muy optimista. Me alegro que pienses así. C'est la vie, princesa.
Eso es un ejercicio de sinceridad y lo demás son p...as.
Un abrazo
PD. Lo bueno de esto es que la vida es en gran parte azarosa, y suele pasarse por el forro tus propósitos y previsiones, tanto los positivos, como los negativos...
Mónica: gracias.
Rayajo: la vida es caprichosa y hace lo que le da la gana, quieras tú lo que quieras... Besos.
Nadie cambia, la mejor opcion es conocerse, aceptarse y modelarlo todo para optimizarte.
Mi propósito es no hacer propósitos.
Un beso, big princess!
Yo nunca me planteé decir o dejar de decir mis propósitos para el año nuevo. Realmente cuando decido empezar una nueva aventura es después del verano, igual que un curso escolar. Lo de año nuevo es una fecha, los nuevos retos no necesitan el empujón de una fecha, sino el empujón de una meta. En todo caso, Princesa, dejar de fumar se puede en cualquier momento. Lo de enamorarse o desenamorarse ya es ajeno a cualquier propósito. Viene y se queda o se va.
Un besito en la frente.
ahí está, estamos de acuerdo
Por eso te decía, que como la vida hace lo que le da la gana, pues también se pasará por el forro lo negativo, y entonces te pasarán cosas buenas
Yo pienso que las personas sí podemos cambiar, pero lentamente -y con dificultades- y conscientemente. También pienso que la resignación es una excusa que nos ponemos para no ser mejores. Pero también creo que resignación no es lo mismo que aceptación y yo siento que tu escrito es más de aceptación, lo cual me parece muy positivo. Sea como sea, sé feliz por donde la vida te lleve (aceptando ese camino o bien luchando por seguir otro, como tú decidas).
Perro: creo que estoy de acuerdo. Besos, big dog!
Sbm: La verdad que decidir una fecha para hacer propósitos es fácil: des`pués de verano, el 1 de enero, después de Semana Santa, etc. Lo difícil es llevar a cabo los propósitos. Lo demás da igual. Solo son fechas. Besos de los que se le dan a un cura!!
Rayajo: eso eso, cosas buenas!! Ojalá todo lo malo de este año haya sido un error. Besos.
Ada: yo estoy más bien con Perro, en que no cambiamos Pero los dos conicidís en lo de aceptarse a uno mismo. Besos.
Yo me inclino mas a que la moral es circunstancial. Si será innata pero cuando alguien tiene un problema y tiene que cambiar de actitud es circunstancial o innata?
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